La transición energética es cada vez más necesaria para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar el calentamiento global. Las energías renovables tienen un papel fundamental en esta estrategia. El autoconsumo colectivo de energía solar fotovoltaica consiste en que varios usuarios comparten una instalación para generar electricidad a partir de la luz solar. Esta práctica supone una serie de beneficios económicos, ambientales y energéticos para los usuarios que la llevan a cabo.
En Crusol, como expertos en energía solar fotovoltaica y en las diferentes modalidades de autoconsumo colectivo, destacamos los siguientes beneficios de esta práctica para la transición energética.
Beneficios de autoconsumo:
- Reducción de gases de efecto invernadero: la energía solar fotovoltaica no emite gases como el dióxido de carbono (CO2). Esto evita el calentamiento global y el cambio climático. Además, al compartir una instalación de placas solares entre varios usuarios, se reduce la opción de otras formas de generación de electricidad que sí contaminan.
- Reducción de la huella de carbono: la expansión del autoconsumo colectivo de la energía solar fotovoltaica reduce la huella de carbono al generarse energía limpia. También al utilizar tecnologías más eficientes para la fabricación e instalación de las placas solares. Las altas tasas de reciclaje de las placas fotovoltaicas también contribuyen a reducir la huella de carbono.
- Contribución a la transición energética y a la descarbonización de la sociedad: las energías renovables, como la solar fotovoltaica, son fundamentales en la transición energética y en la reducción del uso de energías fósiles y no renovables, que son contaminantes. El autoconsumo colectivo de energía solar fotovoltaica contribuye a esta transición al generar electricidad de manera limpia. También a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
- Facilidades burocráticas y económicas: existen una serie de facilidades burocráticas y económicas para el autoconsumo colectivo de energía solar fotovoltaica, incluyendo bonificaciones fiscales y ayudas, lo que supone un impulso para su mayor difusión y para que más usuarios se animen a llevar a cabo esta práctica.
En conclusión, el autoconsumo colectivo de energía solar fotovoltaica es beneficioso para la transición energética y la descarbonización de la sociedad, al contribuir a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la huella de carbono. Además, existen facilidades burocráticas y económicas que incentivan su práctica, por lo que su difusión debería ser cada vez mayor.
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