Energía Reactiva ¿Qué es y cuándo penaliza?
La energía reactiva es necesaria para el funcionamiento de algunos equipos eléctricos, normalmente aquellos con cierto grado de magnetismo. Estos equipos toman esa energía y luego la devuelven, por lo que no produce un trabajo pero sí hay que generarla y transportarla.
Hablamos de energía porque es la forma en que se mide y se cobra en las facturas eléctricas, pero para explicar la reactiva hay que verla desde la potencia. La diferencia entre potencia y energía, en pocas palabras, la energía que consume una máquina eléctrica se calcula multiplicando el tiempo de uso por la potencia de ésta. Habitualmente, la potencia se mide en kilovatios (kW) y la energía en kilovatios hora (kWh).
Ejemplo: si se conecta una máquina de 2 kW de potencia y está funcionando durante 1 hora, la energía consumida será 2 kWh. Si en lugar de 1 hora se conecta 1/4 de hora, la energía consumida será 0,5 kWh.
En otras palabras, la potencia reactiva es como la espuma de la cerveza. Ocupa un lugar en la jarra y es importante para tener esa buena sensación, pero no calma la sed.
En las máquinas eléctricas, la potencia total o aparente se divide en una componente activa y una reactiva.
- Potencia activa. Es la potencia real que utiliza la máquina en su funcionamiento.
- Potencia reactiva. Se trata de una potencia fluctuante que se produce por la generación de campos magnéticos, pero no realiza un trabajo útil.
- Potencia aparente. Corresponde a la potencia que demandará la máquina para su funcionamiento, aunque no la utilice al completo. Se obtiene a partir de la suma vectorial de las otras dos componentes.
Entre los equipos que suelen consumir energía reactiva, pueden encontrarse: motores eléctricos, iluminación fluorescente, sistemas de aire acondicionado o refrigeración, ordenadores…
¿Cuándo se paga por la energía reactiva?
Para pequeños consumidores (potencia contratada inferior a 15 kW) este término no se factura. En la mayoría de viviendas particulares y pequeños establecimientos este término no supondrá un problema.
Para potencias contratadas superiores, se factura cuando la demanda de energía reactiva supera el 33% de la demanda de energía activa. Se mide y factura de forma individual para cada período, salvo en el período valle que está exento de esta penalización. El precio al que se paga esa penalización dependerá de cuánto se haya excedido el límite.
En la imagen anterior, se puede ver un ejemplo de facturación para una tarifa de tres períodos. La penalización, como se ha comentado antes, corresponde a la energía reactiva que excede el 33% permitido. En el P3 (valle) no se penaliza.
El término de la reactiva se suma con el término de la energía, ambos constituyen el término variable de la factura. Sobre este término se aplican el Impuesto Eléctrico (IE) y, posteriormente, el IVA. Si te interesa conocer más en detalle los términos de la facturación eléctrica, puedes pinchar aquí y ver una entrada en la que hablamos sobre ello. Si te interesa recibir servicios de asesoramiento energético no dudes en contactarnos.
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